Escuchar y oir al interior de las organizaciones y en la vida cotidiana
egún nuestra experiencia, Escuchar es una palabra poderosa y lo sería mucho más si la ponemos en práctica en su sentido más profundo. Sin embargo, no es fácil, sobre todo en el trabajo al interior de las organizaciones y -por supuesto- en nuestra vida diaria.
Escuchar -activa y comprometidamente- implica un gran reto, ya que su esencia desafía completamente las estructuras externas e internas que nos han diseñado como personas en nuestra dimensión humana, laboral y en lo cotidiano. Pero antes, es necesario diferenciar entre el “Escuchar” y el “Oír”.
Oir o escuchar
Éste último concepto significa percibir los sonidos o estímulos sonoros que nos rodean desde la fisiología. Es decir, no requiere de una acción específica o de la propia voluntad de las personas para poder oír. Es casi imposible evitar oír, salvo que nos cubramos las orejas, nos aislemos o que nuestra salud no lo permita.
“Escuchar” es distinto e implica un proceso de mayor complejidad. La palabra proviene del latín auscultare cuya definición sería “agacharse para poner la oreja”. Esto es dedicarle atención a un sonido incorporando otros procesos relacionados con lo cognitivo y la disposición psicológica.
Escuchar activamente
Sin embargo, existe una dimensión aún más profunda. Se trata de la “Escucha Activa”, tan compleja como poderosa. Te sitúa en un lugar distinto, abre puertas más allá de la racionalidad discursiva y junto a ello surgen otras perspectivas de ver el mundo, entenderlo y de estar en él para los demás y para uno mismo. Este tipo de escucha -donde estamos liberados de nuestras armaduras- sólo se puede generar en un espacio amoroso que nos vuelve más humanos.
Ahora que contextualizamos con algunos conceptos, compartimos las
5 claves para realizar una escucha efectiva en las organizaciones y en la vida cotidiana
1.- El punto de partida implica aceptar al otro y a uno mismo como un legítimo otro. Si esto no ocurre, simplemente NO habrá escucha. ¿Qué significa esto? Es, estar en apertura y reconocer que cada persona posee una historia, experiencias diferenciadoras y, además, tiene la capacidad de poder cambiar mi punto de vista. Si logro la aceptación del otro estaré en la “escucha amorosa”.
2.- Respecto de lo anterior, aparece la aceptación como fundamental. La aceptación implica admitir que lo que ocurre, las personas, uno mismo y/o las circunstancias que nos rodean no siempre son tal y cual queremos o planificamos. Es profundamente transformacional. Al aceptar al otro y a uno mismo tal como somos -con sus lados buenos y malos- uno deja de luchar
3.- La escucha requiere indagación. Esto se explica porque cada ser humano interpreta de manera diferente lo que un interlocutor manifiesta. Si indago, hago preguntas que me permiten entender y comprender de otra forma, alimentando nuevas miradas a la experiencia que estoy viviendo. Si no hay indagación, la escucha simplemente no existe.
4.- Para entrar de verdad en la escucha, necesito postergar o liberarme de mis juicios previos. Si entro en una conversación con la idea de imponer mi punto de vista, no estaré en la escucha activa. Es necesario dejarse llevar, soltando nuestras cargas preconcebidas y que nos hacen mirar al mundo de cierta forma.
5.- El 90% de la comunicación efectiva tienen que ver con la escucha. Para que exista escucha necesito confiar. Esto es muy interesante. Porque la escucha sería uno de los principales canales para articular las relaciones de confianza entre las personas y viceversa. Es un círculo virtuoso. La confianza la genera la escucha, la escucha la genera la confianza.
…
Hasta acá hemos desarrollado algunos de puntos respecto de la importancia de la Escucha en el ámbito de la vida y de las organizaciones, su diferencia con el oír y algunas claves que debemos tener presentes para una escucha efectiva.
Esperamos haberte aportado una nueva mirada para desafiarte y ayudarte a transformar la forma en que estás escuchando.
Nos vemos en un próximo post
Comparte o comenta entre quienes podría ayudar este contenido
Muchas gracias
Juan Ramón Marín
Consultoría Macrocap / Director
Deja tu comentario